Bernardo es la tercera generación de la familia Cárdenas que toma las riendas de Hacienda Teya, propiedad icónica en Yucatán y que adquirió su abuelo Jorge Cárdenas Gutiérrez –pionero en la restauración de haciendas– en 1974 en completo estado de abandono, siendo un proyecto que le tomaría desarrollar durante dos décadas. Bernardo tiene un perfil de negocios nato y visionario como su abuelo, creció en una familia en la que el tema turístico siempre estaba en la mesa, estudió Negocios Internacionales y tiene un diplomado en Alta Dirección de Empresas, su paso laboral en diversas actividades desde el sector financiero hasta el sector turístico, le sirvió para asumir la dirección de la hacienda desde 2018.

 

Inspirado y vestido de guayabera como siempre le gusta estar –tal como lo hacía su abuelo– nos recibió en la hacienda para platicarnos en exclusiva sobre los nuevos proyectos de la marca Teya.

 

D: Cuéntanos un poco sobre ti.

B: Estudié Negocios Internacionales, hice un diplomado en Alta Dirección en España, estudié inglés un año en Cambridge, me gradué en la Universidad Anáhuac Norte y he trabajado en diversas actividades, he sido mesero, garrotero, trabajé un tiempo con mi familia en servicios, fui Gerente Financiero de Bepensa, Ejecutivo Premier de HSBC, estoy certificado en bolsa –me gustan mucho los números–, tomé un curso de Gobierno Corporativo y trabajé dos años en diversas áreas de la cadena hotelera Palace.

Me di cuenta del potencial de Mérida mientras fui conociendo otros lugares, yo pensaba que me iba a quedar a vivir en otra ciudad, pero mientras estuve fuera descubrí que me apasionaba la Península, en especial Mérida.

 

D: ¿Cómo adquiere Hacienda Teya la familia Cárdenas?

B: Mi abuelo tenía una fábrica de muebles, y en 1974 estaba buscando un terreno cercano a la carretera a Cancún porque tenía muchos clientes de ahí; entonces una mañana abrió el periódico acompañado de su jugo de naranja rutinario y encontró un anuncio en la sección de clasificados, se lo comentó a su familia para que lo acompañen a ver el terreno y ninguno de sus 3 hijos se animó mucho a ir, aunque al final sí lo acompañaron. Al mes siguiente vendió un automóvil del año recién adquirido para poder comprar la hacienda en ruinas que estaba anunciada. Ahí comenzó todo.

 

D: ¿De qué forma influyó tu abuelo en tu vida?

B: Soy el nieto mayor, desde que tenía siete años me paseaba con él en la hacienda y me contaba sus historias y proyectos, entre ellos, profesionalizar Teya y abrir en el Centro, así como meter más plantas a la hacienda, por ejemplo. Me siento afortunado porque me tocó verlo trabajando, comprando cubiertos, tratando a su gente, recuerdo mucho cuando fue la crisis del 95 y la actividad de su otro negocio (una fábrica de muebles) paró, y aún en una época difícil, y teniendo 72 años, le apostó a un negocio generador como el turismo. Él decía: “la gente sigue comiendo diario”, y tuvo la visión de crear el restaurante y poner a trabajar a sus carpinteros de meseros. Él siempre buscó la manera de que sus colaboradores se volvieran parte de la familia. Mi mamá, mi tía y yo hemos seguido esa filosofía y tenemos colaboradores con más de 30 años trabajando con nosotros, son el recurso más valioso que tenemos.

Yo vivi en la hacienda y me tocó ver cumplir muchos de sus sueños, estoy muy feliz de estar rescatando sus historias.

 

D: ¿Cómo te entregaron para dirigir Hacienda Teya?

B: En la historia familiar, mi mamá siempre ha estado enfocada en el turismo, y por eso siempre estuve involucrado en eventos cuando la acompañaba, en general la conversación en mi casa siempre fue sobre este tema. Cuando regresé a Mérida después de haber pasado unos años trabajando en Cancún, llegué a trabajar con la familia e hicimos un reordenamiento en la hacienda, un proceso para profesionalizar la empresa familiar entre mi mamá, mi tía y yo. Nos planteamos el futuro, y lo que veíamos para Mérida era la posibilidad de un gran crecimiento.

“Tenemos colaboradores con más de 30 años trabajando con nosotros, son el recurso más valioso que tenemos.”

De alguna manera me sirvió salir de Mérida unos años y trabajar por mi cuenta, para apostarle a crecer el proyecto y para desarrollar la oportunidad de abrir el restaurante de Teya –fuera de la hacienda– en otras ubicaciones.

 

D: ¿Qué sigue en Hacienda Teya?

B: Estamos trabajando para que la hacienda sea un “must” al visitar Yucatán, un santuario lleno de áreas verdes y lleno de actividades atractivas. Actualmente estamos haciendo el huerto Teya, un área para niños y hasta un área de recreación con ciertas especies de animales emblemáticas de la región. Gracias a la accesibilidad de la hacienda estamos planeando un recorrido turístico que valdrá mucho la pena. Mi objetivo es darle un uso a las 20 hectáreas de la hacienda, de la cuales actualmente solo se usan 4, para que la gente viva diferentes experiencias memorables.

 

Alianza con Grupo Cielo

“Queremos seguir siendo ese lugar para presumir cuando alguien visita Yucatán, y ahora en Paseo 60 esto es algo mucho más viable.”

Buscando acercar la experiencia que se vive todos los días en Hacienda Teya a todos los yucatecos y extranjeros que visitan Yucatán, se decide replicar el restaurante de la hacienda en dos nuevas ubicaciones en el corazón de Mérida con dos conceptos diferentes, pero que en esencia persiguen el mismo objetivo.

 

D: Platícanos sobre TEYA, Gastronomía Yucateca Viva.

B: El proyecto prácticamente ya lo tenia planeado mi abuelo, y ahora en alianza con Grupo Cielo, corporativo restaurantero con 15 años en la ciudad, ha sido más factible llevarlo a cabo. Estamos presentando dos nuevos conceptos: TEYA, Gastronomía Yucateca Viva, es la representación, en el presente, del Yucatán del futuro: moderno, innovador y en desarrollo. Ubicada en la locación ideal, Paseo 60, es la preservación de la esencia más pura de nuestra cultura y gastronomía, en una atmósfera más urbana de lo que se puede sentir en la hacienda; de la mano de nuestro querido amigo Roberto Solís, uno de los representantes más influyentes de la cocina yucateca contemporánea, tenemos ciertos platillos nuevos que sirven como un vistazo, en medio de nuestro menú tradicional, de cómo consideramos que sabría un Yucatán moderno, con una perspectiva global de nuestra tradición más arraigada los ingredientes que nos caracterizan y nos representan ante el mundo. Algunos retos han sido incluir un menú atractivo de mixología, además de contar con una nueva cava de vinos y con un horario extendido para la noche.

“Por primera vez, la gente puede vivir la experiencia TEYA de noche.”

El segundo proyecto de la marca TEYA se encuentra en uno de los lugares más emblemáticos para el turismo y para los propios ciudadanos, además de ser otro ejemplo de rescate cultural, el parque de Santa Lucía en el Centro Histórico de Mérida. El Restaurante Hacienda Teya, orgullo yucatanense, ubicado en la Calle 60 frente al parque, y con una perspectiva mucho más tradicional, abrirá sus puertas próximamente para transmitir historia a todavía más gente aun de la que ya lo hacemos aquí en la hacienda.

 

D: ¿Cuál es la visión para Teya?

“Quiero que la gente tenga la experiencia de sentir que ésta es su hacienda, su restaurante, su comida, sus tradiciones.. Teya es parte de la historia de Yucatán.”

B: Tenemos el deseo de salir de Mérida, traspasar las fronteras de Yucatán y luego de la Peninsula. Continuar haciendo historia, que la hacienda sea una experiencia increíble, que sea siempre un santuario verde como el que quiso mi abuelo, un lugar acogedor. Es por ello que el mural del nuevo restaurante de Paseo 60 hace referencia a las plantas más emblemáticas de nuestra gastronomía. Y en el tema interno, que tengamos colaboradores contentos y sirviendo con gusto, esa es la base principal. Estamos plasmando de la mejor manera la filosofía de mi abuelo y de la familia Cardenas en conjunto con Grupo Cielo.

 

D: ¿Cuál es tu mayor reto?

B: Continuar con la profesionalización de la marca TEYA, seguir plasmado los valores de una empresa familiar en una empresa que está y seguirá en crecimiento, crear estándares y políticas que permitan dar el paso hacia este crecimiento exponencial.

 

 

Hoy en día, Hacienda Teya es reconocida por su restaurante de exquisita comida yucateca, por sus áreas verdes y salones para eventos sociales de alto nivel, reconocida por sus edificios del Siglo XVII y su exuberante vegetación. Bajo el lema de “seguimos haciendo historia”, la familia Cárdenas de la mano de Grupo Cielo continúan esta visión, convencidos de que se necesita impulsar a las nuevas generaciones para que continuar el legado de quienes han dedicado su vida a este proyecto. La visión de Hacienda Teya merece seguir trascendiendo.